La Hospitalidad de la Virgen de Lourdes de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa, es una asociación que nació en 1910 para acompañar a Lourdes a todos aquellos que, por motivos de salud o económicos, no podían hacer solos aquel largo viaje.
Hoy seguimos velando para que nadie quede excluido de vivir esta gran experiencia. Y por eso aportamos todo lo que haga falta: medios materiales, sanitarios, pero, sobre todo, nuestra ilusión, nuestra esperanza, nuestro amor, nuestra fe.
A lo largo del año son varias las actividades que nos permiten mantener viva la llama encendida en este hermoso morada de los Pirineos: encuentros de hermandad, peregrinaciones a otros Santuarios (Montserrat) convivencias … En definitiva, un estilo de vida que nos lleva a no dejar de lado nuestros hermanos enfermos, disminuidos, ni nadie a quien le falte la sonrisa en su corazón. Y eso nos da felicidad.
La Hospitalidad realiza anualmente, con enfermos, dos peregrinaciones a Lourdes y una peregrinación a Montserrat.
Además de las peregrinaciones, la Hospitalidad extiende sus actividades a lo largo de todo el año y desde el año 2002 creó la Fundación privada Hospitalidad de la Virgen de Lourdes, destinada a la promoción del desarrollo y la integración social de personas con discapacidad intelectual y/o físicas.
Dar .- Las personas del equipo de apoyo al enfermo dando un poco de su tiempo, aman, se interesan, son cercanos a las necesidades de las personas enfermas y/o con discapacidad y de sus familias: visitan, hacen compañía, llaman por teléfono, se interesan …
Recibir.- Este días he recibido este apoyo y me he dado cuenta lo importante que recibió en momentos de dificultad, sentir cercano al amigo, la amiga: una llamada de teléfono, su compañía, una palabra de ánimo, su ayuda …
Compartir.- porque es bueno compartir los momentos de alegría y alegría, así como los momentos de enfermedad y dificultad.
Debemos estar agradecidos de poder dar pero también de poder recibir, tener con quien compartir todos los momentos de nuestra vida.
El Señor, María, se hacen presentes, en este soporte, en el amor y en el servicio hospitalario.
No dejemos nunca de dar-recibir-compartir, estos tres verbos son: luz, esperanza, amor ante la enfermedad, las dificultades, la soledad.